He vuelto.
Y aquí estoy de nuevo.
He vuelto al lugar donde murieron mis sueños y quemaron mis ganas de amar. He vuelto roto, he vuelto frío, he vuelto pero sin ganas de intentar batir el vuelo una vez más. Cansado del amor y de lo que conlleva intentarlo una vez más.
Soy, pero he dejado de ser hace mucho. Y la soledad y el tiempo han sido mis únicos aliados en esta batalla.
Y el olvido, me hizo olvidar hasta la mota de polvo más insignificante de tus pestañas. Me hizo olvidarte, enterrarte en mi mente y no volver a recordarte. Pero con lo que no contaba, era que me hiciera olvidarme de que un día tuve un corazón que galopaba fuerte y veloz, que vivía, que sentía y que nunca se rendía. Un corazón ahora corrompido por el odio, y no le culpo. Le prometieron un final de cuento de hadas, y le mintieron descaradamente. Nadie le dijo que esto podría pasar, nadie le dijo que el corazón tiene un límite exacto de reconstrucción, que llega un punto en que sufre tanto que nunca vuelve a ser el mismo, que no hay arquitecto capaz de reconstruir ese desastre, que queda roto para siempre. Y ahí está el problema, que al dejar de correr la sangre por nuestras venas, nos enfriamos y dejamos de sentir.
Parece que al final mi corazón aprendió la lección e hizo caso a la razón.
PD: Ojalá no lo hubieras hecho,
vuelve pronto.
He vuelto al lugar donde murieron mis sueños y quemaron mis ganas de amar. He vuelto roto, he vuelto frío, he vuelto pero sin ganas de intentar batir el vuelo una vez más. Cansado del amor y de lo que conlleva intentarlo una vez más.
Soy, pero he dejado de ser hace mucho. Y la soledad y el tiempo han sido mis únicos aliados en esta batalla.
Y el olvido, me hizo olvidar hasta la mota de polvo más insignificante de tus pestañas. Me hizo olvidarte, enterrarte en mi mente y no volver a recordarte. Pero con lo que no contaba, era que me hiciera olvidarme de que un día tuve un corazón que galopaba fuerte y veloz, que vivía, que sentía y que nunca se rendía. Un corazón ahora corrompido por el odio, y no le culpo. Le prometieron un final de cuento de hadas, y le mintieron descaradamente. Nadie le dijo que esto podría pasar, nadie le dijo que el corazón tiene un límite exacto de reconstrucción, que llega un punto en que sufre tanto que nunca vuelve a ser el mismo, que no hay arquitecto capaz de reconstruir ese desastre, que queda roto para siempre. Y ahí está el problema, que al dejar de correr la sangre por nuestras venas, nos enfriamos y dejamos de sentir.
Parece que al final mi corazón aprendió la lección e hizo caso a la razón.
PD: Ojalá no lo hubieras hecho,
vuelve pronto.
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