El equilibrio de lo imposible.
Parece que después de todos estos años, no hemos aprendido nada. Vaya idiota, siempre, siempre la misma historia. Estoy cansado de sentir que ya no vivo, que solo subsisto. Estoy ahí, y a la vez he dejado de estar.
Tengo un millón de te quieros al borde del abismo, y abrazos que sueñan con volver a repetirse. Me pregunto dónde han ido a parar todos aquellos fuegos artificiales con los que soñaba de niño, porque me convertí en adulto demasiado pronto, y ahora más que nunca deseo volver atrás.
Hablemos de todos esos corazones con escudos, que se esconden de todo, de cualquier estela que pueda hacer primavera su pecho y funda ese acero que llevan por corazón. Acaso nunca les dijeron que el corazón no está hecho para esconderse, acaso nunca les dijeron que el lado izquierdo del pecho debe sentir, vivir, llorar, enamorarse. Recuerda que los mismos muros que creaste para protegerte de la tristeza, también son los mismo que impiden que la felicidad llegue a ti. Que las mariposas nunca tienen que morir, y que si mueren por algún casual.. el amor nunca debe hacerlo. En definitiva, deberíamos dejar de tener tanto miedo. Porque si nunca nos arriesgamos, nunca ganaremos.
Los nudos en la garganta nunca fueron buenos, y mucho menos los nudos en el corazón. Supongo que los cuentos tienen la culpa, vendiéndonos finales felices inexistentes y haciéndonos creer que tras cada tormenta, vendrá un héroe salvador.
Pero después de todo existen sorbos, tragos, momentos, microsegundos llenos de felicidad, microsegundos que quisieron ser eternos.
Y yo ahí, es donde quiero estar siempre.
Viviendo en esos microsegundos,
contigo.
Tengo un millón de te quieros al borde del abismo, y abrazos que sueñan con volver a repetirse. Me pregunto dónde han ido a parar todos aquellos fuegos artificiales con los que soñaba de niño, porque me convertí en adulto demasiado pronto, y ahora más que nunca deseo volver atrás.
Hablemos de todos esos corazones con escudos, que se esconden de todo, de cualquier estela que pueda hacer primavera su pecho y funda ese acero que llevan por corazón. Acaso nunca les dijeron que el corazón no está hecho para esconderse, acaso nunca les dijeron que el lado izquierdo del pecho debe sentir, vivir, llorar, enamorarse. Recuerda que los mismos muros que creaste para protegerte de la tristeza, también son los mismo que impiden que la felicidad llegue a ti. Que las mariposas nunca tienen que morir, y que si mueren por algún casual.. el amor nunca debe hacerlo. En definitiva, deberíamos dejar de tener tanto miedo. Porque si nunca nos arriesgamos, nunca ganaremos.
Los nudos en la garganta nunca fueron buenos, y mucho menos los nudos en el corazón. Supongo que los cuentos tienen la culpa, vendiéndonos finales felices inexistentes y haciéndonos creer que tras cada tormenta, vendrá un héroe salvador.
Pero después de todo existen sorbos, tragos, momentos, microsegundos llenos de felicidad, microsegundos que quisieron ser eternos.
Y yo ahí, es donde quiero estar siempre.
Viviendo en esos microsegundos,
contigo.
Comentarios
Publicar un comentario