Lo que nunca pude decirte.
Perdóname, amor.
Supongo que debí haberte avisado de todo esto.. de que esto acabaría en ruina. Que nunca supe querer, y mucho menos amar. ¿Qué se puede esperar de alguien quien aún no sabe amarse a si mismo?. Juro que quise decírtelo, quise decirte que soy un desastre, que acabaría haciéndonos daño a los dos. Pero fui un cobarde, que cayo preso de tus ojos en una noche estrellada. Caí preso de unos labios que me juraron París y Roma en una noche, y seamos sensatos, ¿Quién puede decirle que no, a París y Roma?. No pude evitarlo, y todas las vertientes de mi cuerpo agarraron la primavera que ofrecían tus pestañas. Pero tenía que haberte dicho que soy propenso a arruinar todo lo que me hace feliz. Y supongo que hui, porque preferí que me odiaras antes de enfrentarme a ti. Antes de enfrentarme a quien hizo brotar la poesía de mi pecho cada noche.
Joder!
Aún recuerdo tu perfume y todo lo que provocaba en mi. Todo lo que tú provocabas. El incendio de mis piernas ya no ha vuelto a ser el mismo, porque solo busca el fuego que tu incendiabas. Los latidos de mi pecho han dejado de bombear sangre, y mi corazón se ha empezado a enfriar. La cordura a la que tanto me agarraba se ha disipado, y en su lugar has dejado un puñado de recuerdos que recuerdan que ya no estas. Que en realidad nunca lo estuviste. Pero me gustaba engañarme, supongo que también tuve que haberte avisado de que.. Prefiero ser feliz en la ignorancia de mis versos, que en la amargura de la realidad. Y por eso escribo estos versos.. Porque tú y yo no estábamos hecho para París, y que Roma nos hubiera echado a patadas por haberle vendido que tú me amabas aun siendo mentira.
La culpa no fue tuyaamor, sino mía por no escuchar lo que la razón me gritaba a voces. Por pensar que las ruinas a las que estoy acostumbrado, podrían acabar siendo flores. Me gustaría decir que fuiste mi mayor error, pero mentiría. Fuiste el poema más bonito de leer, y como tal, todo poema tiene su final.
Supongo que debí haberte avisado de todo esto.. de que esto acabaría en ruina. Que nunca supe querer, y mucho menos amar. ¿Qué se puede esperar de alguien quien aún no sabe amarse a si mismo?. Juro que quise decírtelo, quise decirte que soy un desastre, que acabaría haciéndonos daño a los dos. Pero fui un cobarde, que cayo preso de tus ojos en una noche estrellada. Caí preso de unos labios que me juraron París y Roma en una noche, y seamos sensatos, ¿Quién puede decirle que no, a París y Roma?. No pude evitarlo, y todas las vertientes de mi cuerpo agarraron la primavera que ofrecían tus pestañas. Pero tenía que haberte dicho que soy propenso a arruinar todo lo que me hace feliz. Y supongo que hui, porque preferí que me odiaras antes de enfrentarme a ti. Antes de enfrentarme a quien hizo brotar la poesía de mi pecho cada noche.
Joder!
Aún recuerdo tu perfume y todo lo que provocaba en mi. Todo lo que tú provocabas. El incendio de mis piernas ya no ha vuelto a ser el mismo, porque solo busca el fuego que tu incendiabas. Los latidos de mi pecho han dejado de bombear sangre, y mi corazón se ha empezado a enfriar. La cordura a la que tanto me agarraba se ha disipado, y en su lugar has dejado un puñado de recuerdos que recuerdan que ya no estas. Que en realidad nunca lo estuviste. Pero me gustaba engañarme, supongo que también tuve que haberte avisado de que.. Prefiero ser feliz en la ignorancia de mis versos, que en la amargura de la realidad. Y por eso escribo estos versos.. Porque tú y yo no estábamos hecho para París, y que Roma nos hubiera echado a patadas por haberle vendido que tú me amabas aun siendo mentira.
La culpa no fue tuya
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