Sin (Ti)tulo.

Como aquel palacio majestuoso por fuera y ruinas por dentro. Así era él. Así era para los ojos de los que no le conocían y no querían ver más allá de su fachada. Tan muerto por dentro que hasta las ruinas huían al escuchar sus pasos cada noche. Amante de la soledad en días lluviosos, mientras follaba con la vanidad de los recuerdos.

No es culpa tuya, amor, que me sienta así, yo ya estaba muerto cuando me encontraste vagando por la carretera de los suicidas. Aunque no te voy a mentir, durante unos microsegundos me sentí a salvo en tus besos. Pero yo ya sabía que no podría ser, que alguien tan propenso a bailar con la soledad jamás seria merecedor de esos labios que, no solo curan corazones, curan almas rotas en ruinas. 
Hoy he soñado contigo.
He soñado con ese primer beso que me dejo sin aliento, y que ojalá poder repetir en bucle porque se ha convertido en mi lugar favorita del mundo. 
He soñado con ese abrazo que solía darte por atrás, que era mi refugio en las noches de insomnio.
He soñado con un oscuro paraíso, lo que pudo ser y nunca fue. 
!Maldita sea joder! 
¿Cuándo convertí tus labios en mi droga favorita?
¿Cuándo decidí ser el suicida de esta historia? 
Te confieso que me he perdido, sí, otra vez. Ya no sé cómo llegar al ventrículo izquierdo de tú corazón. Ese que adoro, y donde me pose aquella noche. 
Ya no sé qué hacer, estoy parado esperando que por arte de magia todo vuelva a ser como antes. Que tú vuelvas a llamar a la puerta, cargado con un ramo de rosas blancas y me digas: 
- Cariño, lo siento. Salí a comprar tabaco y me perdí, pero no temas ya estoy de vuelta. 



Comentarios

Entradas populares